domingo, 25 de abril de 2010

Trapecistas

Un mail que contenía un libro, una flor;
un salto seguro, una red a nuestros pies,
cada quien en su trapecio,
nada que perder.

Desde la plataforma de nuestros encuentros inofensivos,
nuestras miradas se encontraron,
midiendo distancias,
calculando los riesgos.
Sin quitarnos los amarres,
sin prescindir de nuestra segura inseguridad,
sugerimos saltar juntos...

Y así saltamos

bajo un cielo empapado.
Nos dejamos caer para ver que pasaba;
sólo una voltereta

sobre un colchón usado.

Saltamos y giramos
hasta que nuestras manos
se aferraron con firmeza…
y descubrimos la certeza
de nuestro encaje estrepitoso.

Otro salto.
Uno más.
Cada vez más alto,
cada vez más riesgo.
Fluyendo en instantes,
viviendo en deseo.
Disfrutando la chispa elegante
de nuestra charla infinita,
la magia excitante
de las mil coincidencias,
el bello equilibrio
de nuestros contrastes.

Sin soltarnos del trapecio,
comenzamos a caer...
Tu en mis brazos
Yo en los tuyos.
Retando al vacío que llevábamos por dentro,
creyendo que saltar es volver a nacer.

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Elucubraciones y Reflejos