lunes, 21 de enero de 2013

Un paseo en camello

Mi padre es un enamorado de los caballos. A mi de pequeña me horrorizaban los ponis. Dos frases simples por las que comenzar a explicar mi sueño y su posible interpretación.

Ahora hace cinco meses que tuve un bebé, es un bebé estupendo al que le gusta comer mucho. Todavía toma teta, así que en la noche, una o dos veces, dependiendo del día, se despierta, digo, nos despertamos a comer, él come, yo le proporciono el alimento, es obvio. Entre sueño y toma, acostumbro a entrar en fase REM y soñar de lo lindo. La otra noche soñé que ... en fin, esta es la historia:

Estoy subida en camello, es mi camello y estoy muy contenta de ir montada en él. Estoy en el metro de Barcelona montada en mi camello. Me parece algo extraño, pero estoy orgullosa de hacerlo. De pronto, me doy cuenta de que hay muchas, muchas, muchísimas escaleras y me parece que no voy a poder bajarlas montada en el camello, pero me armo de valentía y logro bajarlas sin caerme del camello. Al llegar abajo me encuentro con un policía, yo pienso que el policía me va a multar o incluso a detener por ir en camello, pero para mi sorpresa el policía me sonríe y yo decido preguntarle por dónde está el ascensor, es que llevo el carrito de mi bebé y necesito el ascensor para subir. - Sigue adelante y a mano derecha lo encuentras-, me dice el policía. Yo le contesto, - gracias, y piensa usted que el camello cabe en el ascensor con el carrito, el bebé y yo- le pregunto. El policía asiente con la cabeza. Así que yo llevo el carrito con mi bebé y voy hasta el ascensor, bajando y subiendo escaleras montada en mi camello, 

Así acabó el sueño. Cuando desperté de él me pareció un sueño divertido y en la tarde- noche cuando me senté a hablar con mi marido, le expliqué el sueño. Él dijo que era fácil de interpretar, pero no estuve de acuerdo con su interpretación. Así que pensándolo bien, me dije: sé que a mi padre le encantan los caballos, y recuerdo que odiaba tenerme que montar en los ponis cuando era pequeña, les tenía pánico. Sin  embargo, cuando viajé a Túnez subí en camello para pasear por el desierto y me encantó. Tal vez, el camello sea el símbolo de que he superado mis miedos a los caballos, ponis, burros, y demás animales de cuatro patas en los que se pueda una montar.  Tal vez ahora, al ser mamá, me armé de valor para actuar en situaciones que antes me paralizaban. Tal vez sea más simple y simplemente signifique que ya no soy tan niña.

Princesa Andalana

No hay comentarios:

Elucubraciones y Reflejos